Queremos ayudarte para que sepas que pasos seguir en cuanto a la salud de tu felino. Es necesario mantenerle al día tanto de las vacunas, como de las pastillas o pipetas necesarias para la desparasitación interna o externa.
La primera vacuna que recibirá nuestro gato. Se le pondrá pasadas las primeras 8 semanas de vida.
Ofrece protección contra la panleucopenia, el calicivirus y la rinotraqueítis.
Es la más importante. Se pondrá una de recuerdo después de la primera pasado un mes. Después, cada año.
Lo habitual sería desparasitar a tu gato de forma preventiva cada 3 meses
Los parásitos internos viven en los órganos del gato, como los intestinos o los pulmones, la mayoría gusanos y tenias.
Los parásitos externos se encuentran en la piel y el pelo del gato. Pican y chupan la sangre, como las pulgas y las garrapatas.
Actúan contra las tenias y gusanos intestinales. Se necesita prescripción del veterinario. Solo sirve para desparasitación interna.
El tratamiento más global ya que se usa tanto para desparasitación interna como externa. Se aplica en la nuca, donde no lleguen a chuparse, y a través de las glándulas sebáceas se distribuye.
Se aplica cuando nuestro gato ya está infectado por pulgas o de forma preventiva en épocas de riesgo.
Nuestro gato estará continuamente lavándose por lo que cuando llegue la época de muda del pelo esto le provocará problemas.
El pelo de nuestro gato se desprenderá con mayor facilidad lo que provocará que a la hora de lavarse este trague mucho más del habitual.
Para ayudarle lo único que tenemos que hacer es cepillarle diariamente, aunque no evitaremos que se produzcan, esto hará que se reduzca bastante el tamaño de estas.
Otra gran ayuda sería proporcionarle malta. Este complemento también le ayudará a eliminar las bolas de pelo con más facilidad ya que tiene un ligero efecto laxante, le ayudará a expulsar el pelo en las heces.
Si vas a dejar que tu gato o gata salga a dar largos paseos es fundamental su esterilización, sobre todo si es una gata, sino podría ser que te encontraras con la sorpresa de que la familia aumenta.
Los machos no castrados empiezan a marcar territorio a partir de los 6 meses y tienen más posibilidades de sufrir enfermedades relacionadas con los testículos, por ejemplo: cáncer, prostatitis…
Además tendrán un elevado estrés provocado por la necesidad de cruzarse con un gato del sexo opuesto.
Los machos castrados reducen e incluso eliminan la posibilidad de que vaya marcando territorio. Se previene de forma más eficiente la aparición de las enfermedades mencionadas.
Las hembras no esterilizadas entran en épocas de celo y su comportamiento cambia.Ruedan por el suelo, elevan su parte trasera en el aire, maullan para llamar a los machos e incluso se olvidan de comer. Si no logran aparearse los cambios hormonales pueden dar lugar a la aparición de quistes, tumores mamarios o inflamación del útero.
Las hembras castradas reducen el interés en los gatos macho y su propensión a mostrarse excesivamente afectivas o agresivas. Al igual que en los machos, se reduce la aparición de enfermedades.
La operación se debe realizar antes de que nuestro gato o gata llegue a la madurez sexual, eso sería a partir de los 6 meses y antes de que haga 8.
Una vez esterilizados deberemos adaptar su alimentación ya que por lo general tienden a tener más apetito y engordar un poquito.